Telegrama a la Agrupación Socialista Local «Julián Besteiro»
Habéis convertido a Julián Besteiro en un
santo varón y ahora habéis intentado dos veces la aceptación pública de su
santidad por el pueblo de Carmona. Pero en todo proceso de beatificación (tal
como nos ha enseñado la Santa Madre Iglesia) siempre hay un «abogado del
diablo», que seguramente hubiera encontrado algunos aspectos no demasiado
acordes con la supuesta santidad del personaje.
Habría
encontrado como el candidato a santo colaboró y buscó la aprobación de los
enemigos del pueblo de Dios ( = la gente sencilla). Es decir, colaboró y buscó la
aprobación del franquismo. Y la Santa Madre iglesia nos enseña que se puede
pecar por acción pero también por omisión. Y parece indiscutible que Julián Besteiro
pecó tanto por acción como por omisión.
Por
acción al conspirar contra un presidente de gobierno, legítimo, que, ahora
estamos seguros, tal como han demostrado diversos historiadores, era totalmente
lúcido sobre la represión que iba a sufrir España en la postguerra franquista.
Represión
de la que que, lamentablemente, también fue víctima el mismo Julián Besteiro.
Pero esto no lo hace un mártir, porque el martirio tiene que ser
voluntariamente aceptado. Y ese no parece ser el caso de Besteiro.
También
pecó por omisión, por omitir la ayuda, responsabilidad y solidaridad a unas
autoridades legítimas en momentos muy difíciles.
Esto
es lo que un «abogado del diablo» habría encontrado y, seguramente, en un
proceso como Dios y la Santa Madre Iglesia mandan, Besteiro no hubiera sido
considerado tan santo varón.
Por
lo tanto, compañeros y amigos de esa Agrupación Local no excomulguéis a
aquellos que se niegan a comulgar con las ruedas de molino que les presentáis.
Más bien comprendedlos y quizá deberíais hacer alguna penitencia, que siempre
es algo muy saludable para el alma y para el cuerpo.
José Manuel Espigares García
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