JULIÁN BESTEIRO Y EL FINAL DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA: UN ANÁLISIS CRÍTICO

Por José Manuel Espigares

La Guerra Civil Española, y muy especialmente el final de la misma han sido manipulados por el poder establecido para adaptarlo a sus propios fines políticos. Esto no es nuevo, por supuesto: el poder siempre ha reescrito la historia según sus intereses.

Pero en España, entre otras razones gracias a los movimientos de memoria histórica, se ha iniciado una revisión de la Guerra Civil Española, para desmontar mitos y falacias: historiadores señeros como los de Paul Preston, Ángel Viñas, Ángel Bahamonde, entre otros muchos han iniciado esta labor con entusiasmo.

Y uno de los temas pendientes más urgentes es una revisión crítica de la figura de Julián Besteiro. Para ello, voy a aportar algunas noticias y bastantes preguntas, para que el lector inicie su propia revisión crítica, de una forma personalizada.

La mitología de Julián Besteiro

Julián Besteiro ha sido convertido en el santo varón de la «izquierda moderada». Y dicha santidad se basa en las siguientes razones:

• Tuvo la valentía suficiente de enfrentarse a un Juan Negrín (colaborando con el golpe de estado de Segismundo Casado) y a los comunistas y así impedir un golpe del comunismo soviético en España

• Buscó de una forma generosa (aunque infructuosa) una paz negociada, una paz justa, con Franco.

• Permaneció en Madrid, en solidaridad con el pueblo español, mientras otros políticos huían al exilio.

• Fue finalmente perseguido y martirizado de una forma cruel por Franco.

Esta es la mitología sobre Julián Besteiro que debe ser desmontada en aras a la verdad.

El golpe comunista

Hoy la casi totalidad de los historiadores, salvo los neofranquistas como Ricardo de la Cierva, niegan que hubiera riesgo alguno de golpe comunista. Se podrían aportar infinidad de pruebas de esta afirmación. Solo aportaré dos:

1. Después de una decisiva reunión de Negrín con los mandos militares en Los Llanos (Comunidad Valenciana) hubo diversos nombramientos. Pues bien, en estos nombramientos se redujo la influencia y el poder del PCE. Difícilmente reduciría el pode comunista quien precisamente quiere dar un supuesto golpe comunista.

2. Existen pruebas suficientes de que Stalin estaba harto de la guerra de España y había decidido dejar a esta a su propia suerte. Y, evidentemente, cualquier intento de golpe comunista o similar no estaba en la mente del dirigente soviético.

Búsqueda de una paz honrosa

La gran mayoría de lo políticos republicanos de la época sabían que la guerra estaba perdida, empezando por el propio Negrín, pero, dados los antecedentes del bando de Franco sobre la violencia indiscriminada, las expectativas, la iniciativa de Besteiro y de Segismundo Casado de dar un golpe militar, saltando la autoridad de Juan Negrín, no solo no consiguió la paz buscada sino al contrario facilitó la represión franquista durante cuarenta años. En otras pa¬labra, lo que hicieron Besteiro y Casado fue abrirle las puertas de Madrid a Franco a cambio de nada.

Podríamos poner muchos ejemplos, pero solo propondré uno que creo que es bastante ilustrativo:

Huno una sublevación en Cartagena contra la República y los sublevados (franquistas) obligaron a la flota republicana, comandada por el sevillano Miguel Buiza, a salir a alta mar. Una vez sofocada la rebelión de Cartagena, Buiza recibió órdenes de volver a puerto (un día después del golpe de Casado) pero, Segismundo Casado le ordenó a Miguel Buiza que se dirigiera a Bizerta (en el protectorado francés) y atracara allí la flota para ser entregada a Franco. Con lo cual la república se quedó sin la infraestructura necesaria para evacuar a personas susceptibles de ser represaliadas en el futuro.

Cuando esto sucedía Besteiro era ya parte del gobierno golpista de Casado. No tiene explicación alguna esta actuación si realmente se hubiera buscado una paz que minimizara el sufrimiento de la gente. Desde luego, en este incidente se buscaba otra cosa, pero no la paz.

Solidaridad con el pueblo quedándose en Madrid

Existe pruebas suficientes de que Besteiro consideraba el golpe de Franco como uno más de los muchos golpes militares que se dieron en España en el siglo XIX. Desde luego, no era consciente de lo que significaba el fascismo. En diversas conversaciones a compañeros, amigos, etc., aunque no minimizara la violencia, manifestaba su opinión de que con el tiempo volverían «las aguas a su cauce». Y todo parece hacer pensar que no se quedó en Madrid por el afán de «compartir el sufrimiento de la gente» sino porque creía que su efectividad política era mayor estando en España.

De todas foras, estas últimas afirmaciones está bajo investigación y no hay unanimidad en la conclusiones de historiadores y estudiosos. Pero todo parece indicar que sus motivaciones eran menos abnegadas de lo que realmente se cree.

Persecución y muerte de Besteiro

Este punto de la mitología de Besteiro, no es tal mitología es una realidad: Besteiro fue tratado más cruelmente que otros coetáneos en su misma situación: por ejemplo, a José Centeno, del partido de Alcalá Zamora se le permitió estar en el hospital de la Cruz Roja de Sevilla con su familia, mientras que a la esposa de Besteiro, Dolores Cebrián, solo le permitió verlo cuando estaba prácticamente agonizante.

Otra cosa es las razones por las que el bando de Franco fue tan duro con Besteiro, aspecto este que merece una investigación detallada y profunda que aun no se ha hecho. Pero la brutalidad del régimen de Franco con respecto a Besteiro es indudable.

La realidad de Besteiro

Si la mitología sobre Besteiro es falsa excepto el último punto, cabe preguntarse ¿Realmente qué era Besteiro? ¿Cómo era su carácter? ¿Cuales eran sus objetivos?

La respuesta a estas preguntas están  siendo sometidas a debate por historiadores y estudiosos. Pero se pueden obtener algunas conclusiones.

Inconsciencia de Besteiro

Según Paul Preston, Besteiro era un ingenuo. En alguna entrevista en la prensa ha llegado a afirmar que Besteiro tenía una «ingenuidad culposa».

Ciertamente Besteiro no era consciente de la realidad del fascismo y ciertamente parece fuera de toda duda de que consideraba el golpe de Franco como un golpe militar de la tradición política española. Pero la explicación de Paul Preston es insuficiente para explicar su colaboración y apoyo a un archidemostrado traidor, que era Segismundo Casado (carácter traicionero que está fuera de toda duda y ha sido demostrado ampliamente).

Aspectos tenebrosos en el carácter de Besteiro

Existe razones suficiente para pensar que Besteiro busco una colaboración con el nuevo régimen (Ángel Viñas así lo apunta): al igual que el PSOE colaboró con la dictadura de Primo de Rivera, Besteiro lo intentó también con Franco.

Y esto no son meras elucubraciones.

En primer lugar, está demostrado que se entrevistó repetidamente con diversos quintas columnistas (es decir, con espías de Franco): Julio Palacios Martínez, uno de ellos fue a visitarlo a su casa.

En segundo lugar…

….El 23 de febrero,.. ...Besteiro se había entrevistado con un diplomático norteamericano y le había dicho que…

Negrín y [Álvarez] del Vayo eran agentes de Moscú y sus declaraciones  públicas no habían sido sino una serie interminable de cínicas mentiras y que él, por su parte, anhelaba la victoria de Franco para que el comunismo desapareciera de España. (Angel Viñas)

La letra negrita es mía.

En tercer lugar, el anticomunismo que acabamos de ver y el programa político que propone para una nueva España, no era esencialmente diferente del propuesto por Franco en el Movimiento Nacional:

Para construir la personalidad española mañana, la España Nacional, vencedora, habrá de contar con la experiencia de los que han sufrido los errores de la República bolchevizada Probablemente la estructura de la nueva España será la que imponga un régimen de trabajo fecundo, que respete al trabajador pero que le exija el cumplimiento del deber. Ante la jerarquía del trabajo productivo, todas las demás jerarquías, si no habrán necesariamente de desaparecer, tendrán por fuerza que resignarse a ocupar una posición subalterna. (Angel Viñas)

Es decir, ni más ni menos el Movimiento Nacional al que todos deben someterse.

Es más, resulta muy difícil de creer que Besteiro no fuera consciente de las intrigas y traiciones de Segismundo Casado, un oscuro personaje que tuvo una cierta coordinación con el Gobierno de Burgos, desde 1938. Y podríamos decir mucho más, pero seria excesivamente extenso.

Por José Manuel Espigares Además, queda en el aire una pregunta, ¿hay en Besteiro ciertas dosis de «cinismo moral»? Este existiría si Besteiro, hubiera aceptado la derrota de la República como tal, hubiera considerado inevitables los sufrimientos presentes y futuros de la población y estuviera proponiendo un nuevo sistema político diferente, al margen de dichos sufrimientos.

Pero esta última pregunta es solo una hipótesis, no hechos, hipótesis que ciertamente merece ser investigada.

Conclusiones

En un interesante estudio de la prisión de Besteiro, Carmen de Zulueta, su sobrina por parte de Dolores Cebrián, su mujer, habla de la frustración de Besteiro en los meses finales de su vida, aunque no aclara la posibles causas de dicha frustración.

Ciertamente merece una investigación más profunda dicha frustración, fruto, sin duda, de las tremendas contradicciones en tre los propósitos y objetivos reales y una realidad que Besteiro no comprende en su totalidad.

Y, en cualquier caso, parece fuera de toda duda que Besteiro abandonó cualquier asomo de socialismo (y, posiblemente progresismo) por lo menos en la última parte de su vida.

Resulta paradójico (o quizá no tanto) que, siendo una figura a la que se le ha dado tanta importancia, exista una literatura muy escasa sobre su figura, literatura casi inexistente, si excluimos las obras hagiográficas (que no biográficas).

Posiblemente la «nomenclatura» de diversos partidos políticos esté extraordinariamente interesada en que se siga la ignorancia sobre la verdadera naturaleza de Besteiro.

Y, sobre todo, queda una pregunta en el aire: La transición de 1978 ¿se hizo con una hoja de ruta basada en la última época de Julián Besteiro?

José Manuel Espigares García